escritos intimos de severus snape 2da parte

Como decía la amo, hacia tiempo que planificaba esto. Ella solo tapaba mi soledad y me maldigo cuando la maltrato. No soy yo, parezco estar tomado por el demonio, aunque varias veces me controlo. Vestido, traje, torta , invitados, mansión , todo estaba planeado. Esperaba ver a Eliana allí, pero había pasado mucho tiempo sin saber de ella. Solo pensaba en mi y Tina. Sabia bien el compromiso y me destine a decirlo como me salía. Amor y mas amor. Aun no se que pasaría en la noche de boda, trataría de no cometer el mismo error. El solo pensarlo me ponía inquieto. Pocas horas faltaban, estaba en mi habitación escribiendo esto, que mas escritos son parte de mi memoria. Deje el pensadero de lado por unos años, me atormentaba verla una y otra vez a ambas. No la deseche, solo descanse de esos pensamientos del pasado del cual tenia por años bien guardados como tesoros valiosos.” Horas nada mas y será mía” la mente me decía. Yo solo en voz alta expresaba:- si, lo se-. Y temía la otra parte:- será feliz conmigo?-. esa pregunta tonta y absurda. Trataba de anularla de alguna manera, y hasta que faltaba una hora. Mi cabeza solo le venían preguntas que respondía en voz alta:- ¿como estará?-. yo:- totalmente hermosa-. La mente:- no se arrepentirá?- yo:- no, no lo haría me ama-.la mente:- ¿realmente te ama?-. yo:- si, profundamente-. Y los minutos corrían. Hasta que marco la hora y salí. Ignorando parte de lo pasado en ese momento, solo exprese un -“¡que hermosa estas!”- mi mente por fin estaba en si. Respondí la pregunta cosa que las hadas morían al escuchar la respuesta mía y de ella. Sus ojos estaban solo en los míos, no me importaba quien estuviera alrededor, estábamos juntos y solo eso me importaba. Cuando me agarro para salir de allí antes de lo posible para estar solos al fin. Disfrute en un corto tiempo sus besos que sabían como aquella vez que Eliana me lo había dado. Luego de la interrupción, a la noche, disfrute luego de la cena de ella. Le hice el amor como nunca y luego contemplamos la noche desde la cama, que a través de la ventana, la luna iluminaba la cama a oscuras. Amanecimos, ella acostada en mi pecho, me levante con sumo cuidado y la deje dormir. Me cambie y seguí escribiendo hasta que haya salido totalmente el sol. Al irme por un momento, cuando regrese, ya no estaba, se había ido. Me cambie y seguí mi día. Solo podía disfrutarla en las noches o solo cuando me la cruzaba que la arrinconó contra la pared para robarle al menos un beso.