Cantidad de envíos : 2900 Edad : 32 Edad Personaje: : 20 Fecha de inscripción : 20/10/2008
Tema: Julien Eleazar Scott Dom Mar 21, 2021 3:28 am
There's something
in his soul
InspiredLibrosShadowHuntersOnexOne
Cuando naces en la comunidad de los cazadores eres adoctrinado desde pequeño. Leyendas, cuentos y verdades dichas como fantasía inalcanzable que te dictan a querer ser ese héroe que pintan. Creces intentando superar expectativas impuestas por la sociedad, tan altas que parecen imposibles, y con una gran necesidad de ser el mejor; esto te lleva a en primera instancia a generar competición entre los niños y en segunda, que llega, por consiguiente, camarería cuando se descubre que solos no pueden hacer nada. Julien y X no fueron diferentes a lo descrito. De una sana “competencia” surgió una amistad, la unión de ambos los llevó a decantarse por el ritual de parabatai y así unir dos almas separadas en una. Sabían lo que esto significaba, pese a la corta edad en la que la elección debe de darse, y con la ilusión de que los volvería invencibles se enfrentaron al mundo.
Que ilusos fueron.
Hay una historia particular que se cuenta cuando eres joven sobre porque los parabatai sólo pueden sentir un amor Storgé, jamás Eros. En caso de que esto sucediera el mal los sucumbiría. La historia iba cambiando dependiendo de quien la contara, pero el significado estaba presente sin importar qué: no puedes enamorarte de tu parabatai. Pero es difícil ir contra algo que no controlas, dejar de sentir cuando estás constantemente con esta persona y matar aquello que crece tan ferozmente dentro; aunque las leyendas no se decantan a un dolor emocional, definitivamente no puede omitirse. Preferirían la muerte por la falla de las runas, por magia celestial o hasta, quien sabe, una tragedia impensable e improbable con tal de que matara el dolor psicológico y emocional que estaba generando este sentimiento que, al paso de los años, cual árbol viejo, se arraigaba más a sus corazones. En un acto infantil y desesperado sus lazos de camarería comenzaron a romperse, las peleas eran frecuentes y la necesidad constante del menor contacto, menor trato, estaba allí sólo para menguar el resto. Rompiendo su pacto, lentamente dejando que todo se quebrara.
Sus familias, por otro lado, no estaban dispuestas a dejar que destruyeran todo por lo que han trabajado por años. Así que forzaran el arreglo, de una u otra forma, sin importar las consecuencias. ¿No es eso lo más amoroso que un padre puede hacer?
Participantes
Julien Scott 24 años Shadowhunter Darren Criss Moony
Jujubes tootsie roll caramels jelly beans pie cotton candy candy. Gingerbread bonbon dragée. Apple pie cupcake gummi bears chocolate bar tart fruitcake halvah.</div><a class="miBJN" href="https://emmescodes.tumblr.com/" style="color: #436a9a;">code by EMME</a></div>
Última edición por Benjamin Marsden el Dom Mar 21, 2021 3:37 am, editado 2 veces
Benjamin Marsden Auror
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Tema: Re: Julien Eleazar Scott Dom Mar 21, 2021 3:30 am
Chapter 1
War of hearts
21 PM Instituto de LondresJuliencon Skyler
Cuando Julien llegó al Instituto de Londres tenía cinco años, y fue recibido por una familia que, ya estaba bastante completa. Con cuatro hijos ya mayores a William Scott no se le ocurrió mejor idea que tener un amorío con una shadowhunter que no era su esposa. De esos encuentros, nació Julien y cinco años después y tras la muerte en acción de su madre al hombre no le quedó otra que presentarlo a la familia. Aunque las circunstancias no eran las óptimas siempre fue un niño fuerte y hasta fue bien recibido por sus hermanas y su hermano mayor, Matthew. Ellos le enseñaron gran parte de su entrenamiento cómo shadowhunter. Ellos y.. Skyler, quien fue quien salvó a ese niño de la soledad de una edad en que creía que su madre lo había abandonado y todo era extraño para él.
De ese niño no quedaba demasiado. Había crecido, ambos lo habían hecho y se habían convertido en poderosos cazadores de sombras. Su parabatai. Últimamente Julien no entendía demasiado aquello que estaba sintiendo pero le sabía a algo peligroso, imposible y aquello solo embravecía más su carácter. El día anterior se habían enojado por una tontería en el entrenamiento y no se habían vuelto a hablar. El castaño se acababa de dar un baño rápido antes de que su hermano le llamara, para encomendarle una misión.
- Bien, pero iré solo.. - sentenció el orgulloso Scott antes de que su hermano dijera nada y lo condujera hacia el ático, donde se practicaban los entrenamientos. Y Julien bufó, porque, parado allí, esperando por ellos no estaba otro que su parabatai, su hermano del alma, y el tipo que le gustara o no, estuviera prohibido o no, era quien más lo confundía en ese momento.
Skyler nació de un matrimonio comprometido con la causa, sus padres se aman, no cabe duda, pero el concepto de tener un hijo no fue algo que les agradase. Ellos vivían para la acción, gustosos de la adrenalina y la lucha sin fin, difícilmente pudiendo quedarse quietos demasiado tiempo y cuando la sociedad les adjudicó la tarea de tener un descendiente: lo hicieron. Creció prácticamente en el instituto, lo que lo llevó a ser socialmente muy abiertos y carismático, hablando tanto con los profesores y adultos, niños mayores y en su tiempo menores, indiscriminadamente; pero rara vez forjaba vínculos con ellos del tipo que sea. Por eso la adquisición de Julien al instituto causó, literalmente, que su mundo se pusiera patas para arriba y desde ese momento nada cambio… bueno, casi nada.
Las cosas se habían vuelto demasiado complicadas hacía ya unos años, arrastrar su enamoramiento no le estaba haciendo bien, pero combinarlo con celos no ayudaba. El haber recurrido en su tiempo a su mentor preguntando sobre porque estaba mal y este argumentando sobre la locura que atraería tales acciones y la magia que los destruiría, había producido un miedo palpitante en su ser; temía acercarse demasiado, pero a su vez lo anhelaba. Así que se volvió en una entidad bastante voluble, días que quería estar cerca de Julien, casi pegándose como lapa, y días en los que cualquier cosa haría que estalle. Esto último fue lo que sucedió el día anterior, cuando sintió uno celos quemando la boca de su estómago al ver a su parabatai hablando tan animadamente con otro de los chicos (de quien se negaba a reconocer su nombre) y parecían realmente cercanos; ellos podrían tener lo que él no, así que durante el entrenamiento no tuvo mejor idea que hacer “pagar” a su compañero. Las cosas cayeron en cuesta desde ese punto llamando la atención de medio lugar y con gritos que ya ni sentido tenían, pero que por Raziel, necesitaba expresar.
Aun hoy, ahora, estaba guisando bajo en alguna habitación oscura en la que técnicamente no debería de ser encontrado. Dejando que su mente recuerde sus palabras y argumentos, sintiéndose tonto e irracional, pero deseando más que nada arreglar todo el caos de su mente. Una parte de él deseaba regresar con Julien y disculparse, volver a la vida normal, porque sabía que era su culpa (quiera o no admitirlo); pero la parte irracional y cruel quería dejarlo solo, que se sintiera culpable de destrozar esta camarería. Poco importaron sus pensamientos cuando fue interrumpido por uno de los niños menores, agitado que abrió la puerta y casi se mostró aliviado de verlo allí. Iluminado únicamente por la luz del pasillo, le gruñó a la niña (que para su crédito se quedó dónde estaba sin sentirse amenazada). Ella argumentó sobre el tener que ir a recibir un informe de misión sumamente importante y muchas otras cosas que él no le prestó atención. Gruñendo una segunda afirmativa le pidió que cerrase la puerta para poder maldecir en silencio. Se reincorporó, porque no quedaba de otra, dejando que sus huesos crujieran y caminó hasta el ático donde estaba siendo esperado por uno de los instructores. No compartieron palabras, por lo que asumió que deberían de esperar si o si a su parabatai; rara vez eran enviados en solitario, no tiene sentido cuando son más fuertes juntos.
— Oh, al fin —, su tono denotó a la exasperación y el cansancio como si hubiera estado esperando eternamente a su llegada. Sus brazos firmantes cruzados por arriba de su pecho solo se apretaron más y el peso que recaía del lado derecho pasó al izquierdo—, pensé que tendría que esperar toda la noche —, la sonrisa burlona se presiona, porque hace caso a su lado irracional y deja que la frustración y celos aún burbujeen bajo; quiere empujarlo, necesita hacerlo, sino deseará abrazarlo y jamás soltarlo. Su mirada apenas se mantiene en el chico antes de volver al instructor, es más seguro así—. ¿Comenzamos?
Debió habérselo imaginado. Julien realmente debería haberlo pensado. No iban a mandarlo a una misión sin su parabatai. No porque creyeran que no podía valerse por si mismo sino porque juntos tenían un poder tan asombroso que competía con el mismísimo Jonathan cazador de sombras y su hermano David, los primeros nefilim en hacer el pacto de sangre para sellar sus vidas para siempre. Julien había estado leyendo mucho en esos días en la biblioteca del Instituto, intentando encontrar alguna explicación a lo que le sucedía porque contrario a su mejor amigo no quería hablar con nadie de aquello. Si le preguntaban decía que tenía un mal día o que necesitaba estar solo pero jamás soltaba alguna palabra al respecto que denotara lo que realmente estaba sucediendo. Solo era gruñidos y malos tratos y aquello embravecía a su padre aunque aún no se había sentado a hablar con su hijo menor por su comportamiento.
Los hermanos Scott llegaron al ático a tiempo para ver ambos a un impaciente Sky esperándolos con los brazos cruzados. Julien ni siquiera lo miró, aun el costado de su torso dolía allí donde él le había rozado con una daga en el entrenamiento del día anterior. - No iré.. - murmuró el moreno - Que vaya él, con alguno de los otros.. - siguió enojado sin querer dar el brazo a torcer sobre su decisión. No quería estar cerca de él en ese momento porque todo lo que Sky representaba en ese momento gritaba con un cartel fosforescente como el del Pandemonium que era peligroso estar cerca suyo.
Julien abandonó la habitación dejando a Matthew, su hermano y a Sky mirando la puerta por la que había salido sin comprender bien que pasaba. Se estaba negando ante una orden del director del Instituto. El mismo que le llamó en voz en grito en medio del salón para que lo siguiera. - Te mandaré lejos si no obedeces, que prefieres? El instituto de Shangai? o el de New York? - le preguntó con aspereza su padre sabiendo que no quería marcharse y a Julien se le heló la sangre, una cosa era rechazar una noche la compañía de su compañero y otra era alejarse para comenzar su vida en otro sitio. Ese maldito de su padre le conocía bastante bien.
Debería de haber prevenido la acción de su compañero de armas, él mismo no quisiera estar cerca de sí mismo en una situación como la actual, sí que no podía culparlo. Pero lo hacía. Apretó los dientes al punto que parecían querer fundirse juntos y chasqueó la lengua con fuerza contra su paladar haciéndola resonar eco a las palabras del adulto que amenazaba a su parabatai, pero a diferencia de lo que él mismo creyó, su furia estaba lejos de estar dirigida a su amigo, sino que se centró con fuerza en el padre de susodicho. La simple idea de que pudieran mandarlo lejos helaba su sangre y a su vez volvía todo su ser una bomba de tiempo lista para destrozar lo que se interponga. Pero no podía amenazar al hombre de forma directa, así que sólo respiró ruidosamente por la nariz y soltó:
— A la mierda esto —, sus palabras salen sin que pueda pensarlas, sus brazos se descruzan y camina en dos grandes zancadas la distancia que lo separa a él de su amigo. Hace un movimiento que aborta a mitad como si quisiera sujetar su brazo, pero lo piensa dos veces, un rechazo de su compañero ahora mataría cualquier intento sobrehumano de calmarse—. Eres la única persona con la que iría —, es lo más cercano que saldrá de su boca, actualmente, a una disculpa. Su voz bajó varias octavas convirtiendo su discurso en un murmullo que solo Julien debería de oír, porque no quería que nadie más lo hiciera, pese a estar bastante seguro que debido al silencio ensordecedor que siguió, sí lo hicieron.
— Además —, prosiguió con una declaración demasiado actuada mientras se giraba para enfatizar toda la atención en él, moviendo sus brazos brevemente como si señalara su entorno—, no me gusta New York, la gente es demasiado... no inglesa —Su nariz, sin poco disimulo y denotando la verdad en sus palabras, se arruga y niega estremeciéndose como si la simple idea de ir a aquel terreno fuera suficiente para causarle pesadillas. Su propia idiotez le permitió bajar su temperamento a un nivel un poco más manejable, pero no estaba seguro de cómo reaccionar si Julien mantenía su negativa o el padre de este volvía a amenazarlo, tampoco quería averiguarlo si era sincero; el moverse por puro instinto es genial en el campo, en el área política es igual al suicidio.
Había días en que odiaba pertenecer al Instituto, ser el hijo bastardo del Director del Instituto y tener que aguantar la sarta de burocracia que por ello se le demandaba. Julien solo encontraba la paz que necesitaba cuando entrenaba con su parabatai y cuando estaba con sus hermanas, era el niño de ellas, y siempre iban a consentirlo.
- Pudrete padre.. - masculló de mal humor antes de voltearse para encontrar a Sky murmuró cerca de el. Que carajos hacia? Iba a volverlo loco si se acercaba un poco más. Y para peor, frente a todos los presentes. - Si no queda otra, iré contigo.. - murmuró Julien frunciendo en ceño y acomodando su carcaj de flechas en la espalda, a pesar de todo el estaba listo para el combate y solo debía permanecer lo más lejos posible de su amigo para no sentir esa necesidad imperiosa de abrazarlo, de tomar su mano o incluso, de besarlo sin más. Él solo pensamiento lo enfurecía más. Julien lo miró y señaló la puerta, tenían una misión que cumplir y era mejor ser rápido si querían dar con esos vampiros que creían poder hacer su vida normal en cualquier bar de mundanos.