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Hogar del Dr.Valentine> Hospital Crawford. Colorado. - 3 AM en adelante - Clima Cálido - -

Aquella semana había sido agotadora, todas las noches había urgencias en el hospital, A las tres de la mañana me llaman para que viaje, el sueño y las constantes quejas del personal por la falta de éste, las preocupaciones por la llamada tan extraña que había hecho mi hermano, los pedidos expresos de Marisa porque salga un finde con ella, pero quien se creen que soy? Superman? El hombre Araña? Cuando por fin el fin de semana estaba a portas de comenzar y pensando seriamente en tomar unas cortas vacaciones el teléfono suena, dejo que el contestador llegue, con un molesto pitido que termina por despertarme.

- Dr. Valentine, disculpe que lo llame este dia tan especial, me han dicho que lo deje descansar, pero, usted ya sabe como estan las cosas, podría hacerse un llegue urgentemente?

La voz de la interlocutora, la molesta secretaria que me ha tocado este año, sinceramente le compraría una falda más larga para que se tapase, o lo hará a propósito. No hay opción de respuesta a su pregunta, tengo que marchar, hacer lo que corresponde.

Una ducha fría, y de vuelta a la rutina.

- Feliz Cumpleaños Sean! - exclamo mientras agarro las llaves del coche, el maletin y la chaqueta. Las gotas de agua que caen por mi cuello por aquel baño seguro me hará pescar un resfriado. "Pero ese no es un problema para un médico como tu" Aquello diría mamá, debo hablarle apenas tenga un tiempo. Son cien kilómetros de carretera para dar con el hospital, pero se pasan volando, el camino es tan conocido, puedo atravezarlo con los ojos cerrados.

Llegó al hospital, ella se apresura por llegar hacia mi, con su caminar exagerado, demostrando que puede hacerlo a pesar de llevar 15 centímetros de tacones. Me sonríe y sé que esa sonrisa esconde demasiados significados, esa caída de pestañas, esos insinuantes labios moviendose al hablarme, no escucho lo que está diciendo, solo algunas palabras, parece que hay una nueva paciente. Distrofia aguda.

En ese momento pasa escoltada por Michael y Milo en su camilla, la observó y parece asustada, es una mujer hermosa, si se trata realmente de esa enfermedad lo lamento mucho por ella. Curvo los labios y le hago unaseña a Marissa para que pare con su argumento, tengo traabajo que hacer, uno muy interesante al parecer. No la miro mientras camino hacia terapia pero sé que estará enfadada y será peor luego, pero no tengo tiempo para eso ahora.

- Buenas noches.. - saludo a mis colegas, mirando de reojo a la muchacha con la planilla en mis manos - Amelié Bright, es un gusto, soy el doctor Valentine y estará a mi cargo esta vez.. - me presento tranquilamente mientras dejo el maletin en la mesa, los enfermeros saludan a la muchacha con una sonrisa y se marchan.

Hogar del Dr.Valentine> Hospital Crawford. Colorado. - 3 AM en adelante - Clima Cálido - -

Tolerancia, imparcialidad, seriedad y mente cerrada, las cuatro máximas para con casi todos los pacientes, si no las tendría ya me hubiera vuelto loco, lo que se vivía día a día en el hospital era estresante, pero era toda mi vida y no podría rechazar este trabajo. Hace tres años que trabajo aquí y la independencia era algo que siempre desee y no volvería a casa de mis padres. La muchacha parecía estar muda, quizás los síntomas estaban demasiados avanzados y ya no podría hacer nada.

Maximas numero 2 para estas medidas extremas: Simpatía,intentar tratarla como a una amiga, a veces funcionaba. - Te ha comido la lengua el ratón? - pregunté con una sonrisa mientras revisaba sus piernas, lentamente, pasando mis manos para acomodarlas largamente sobre la cama. Me relamí la última gota de agua que se deslizó hasta mi nariz. - Te duele aquí pequeña? - preguntó haciendo una ligera presión sobre su muslo, aquel hematoma no estaba nada bien. Mi rostro solo expresaba relajación, no había signo alguno de diagnóstico en mi mirada. Ladee el cuello para mirarla. Tenía la mirada puesta en mi, unos hermosos ojos verdes que lograron cautivarme por un segundo, y sus labios, sus labios eran tan o más carnosos que Marissa, sin exagerar, la imagen de ella lamiendo una chupaleta llegó a mi mente y aquello hizo que mis orejas se pusieran tan rojas como los tomates que tenía en la nevera en casa, y debía usarlos antes de que se pudriesen.

Hospital Crawford. Colorado. - 5 AM - Clima Cálido - -

Debía ser duro, por su historial sabía que ella solo había ido allí por cosas menores en años anteriores, pero eso era algo que se salía de cualquier normalidad, no me sorprende que le duela, la miro y caigo en la cuenta de que se debe haber dado cuenta de mis ridículas orejas, pero es una causa menor sin duda.

- No es la primera vez que pasa este año verdad? La distrofia muscular Amelié es una enfermedad hereditaria, sabes de algún familiar que la haya padecido? - pregunte con serenidad mientras dejaba sus piernas, tapandola lentamente con la manta y dejandola sentada allí. Me apoyó en la camilla, con la planilla, escribiendo, según mi hermano garabateando en letra ilegible algo que no tendrí a fin. Mis dedos se mueven rápido, guiados por aquella pluma de última generación, un obsequivo de mi padre la última vez que había ido a visitarlos. ¿De eso había pasado un año, o quizás dos? Seguramente más.

Necesitaba hablar con alguien de la familia de la morena, explicarles, no ser yo quien le diese las malas noticias, debía hablar con Marissa para que se contactase con ellos. - Hay algún telefono donde podamos contactar a tus padres? - pregunté al fin dejando la pluma y poniendome de pie para ir por el etestocópio.