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Tema: Dominic Azier Roux Dom Mar 21, 2021 3:22 am
Dominic RouxEscritor - Ioan Gruffudd Miss Marsden
With the lights outOriginal - Fantasía (Pueblo) - OnexOne Nowhare, del mal escrito "en ningún lugar", es un pueblo del que todos hablan, pero nadie siente necesidad de ir. Si no eres un ser mágico que busca refugio, no sentirás ese empuje para visitar a los locales, contrariamente, sentirás desestimo y abandono por la idea (como si fuera aburrida). Hechizado de ese modo por el Mago Supremo para evitar que los humanos husmeen en uno de los pocos refugios aún existentes de las criaturas ligadas a la magia, el pueblo mantiene un perfil bajo y una tranquilidad casi envidiable. La vida es normal, solo que con licántropos paseando con una conversión completa o mediana, elfos, hadas, vampiros y cualquier otra criatura que puedas imaginarte haciendo algo tan mundano como comprar en el almacén local papel higiénico. ¿Cómo es que tal paz es posible?, los magos en los pueblos mágicos son los que dictan las leyes, romperlas implican el destierro de cualquier comunidad mágica y en algunas ocasiones hasta la muerte misma. El Aquelarre fundador será la ley y gracias a ello aquellos denigrados, acosados y/o cazados por los humanos pueden tener una vida normal.
Excepto cuando un humano llega al pueblo. No es difícil notarlo, porque el olor de un mundano es particular y porque la vibra que surca el pueblo es contagiosa. El rechazo y el miedo sofocan el aire. Es imposible, todos lo saben, que esto pueda suceder y el que pase es algo que recae completamente como responsabilidad el Mago/Bruja Supremo/a del lugar. En este caso, Valenor. Romper la rutina en un pueblo mágico es algo que sucede cada ciento de años y normalmente no está bien recibida. Las criaturas están listas para cazar al intruso, con los temores y fantasmas pasados pisando sus pies. Pero esto es imposible de permitirse, la muerte atraerá atención poco deseada y es misión del mago proteger su comunidad a cualquier costo; incluso si esto arma una revuelta. El actuar debe ser rápido, rodeando al hombre de una pequeña nube de tierra fingida por viento y el glamur que cubrirá a las criaturas para transformarlas en “personas normales” a la vista… puede o no que haya visto algo antes, pero seguramente era su imaginación, ¿no?
¡Bienvenido a Nowhare! Población mágica: 2067. Humanos: 1.
Hacía varias semanas había comenzado su viaje por la carretera, alejado de todos y de todo lo que alguna vez conoció para dar con algo que realmente lo motivara a seguir escribiendo. Porque para ser el autor de tres libros exitosos los últimos tres años habían sido de frustración en frustración, sin poder ponerse a escribir ni una sola línea conectada a otra. Algunos le habían dicho que había tenido suerte de principiante las primeras veces y eso hacia encolerizar al moreno que, no sabía como encarar aquello que estaba sucediendo. Hacia un año se había separado de su mujer pues no podía sentir absolutamente nada por ella y la pobre chica no merecía ese desprecio, ni el niño que ambos habían tenido. Su hijo era quizás una de las adoraciones más grandes que tenía, era risueño encantador y parecía siempre quererlo aunque no fuera un buen padre, una criatura singular sin duda a la que no deseaba perder aunque se estuviera alejando por la carretera y sin destino.
Dominic estaba seguro que encontraría aquel lugar de sus sueños, que allí encontraría la inspiración necesaria para comenzar su nueva novela aunque no estaba seguro de que se trataría estaba ansioso por conocer ese sitio del que nadie le había hablado, pero que le atraía como un perro a su hueso, o la trampa al ratón. Según se viera el caso.
Inmediatamente hubo atravesado el cartel algo escondido por árboles donde podía leerse "Bienvenidos a Nowhare" su automóvil dio una sacudida y se paró de golpe, el viento sopló y un silbido suave se sintió fuera. Había pinchado una goma. El alto moreno tuvo que salir del coche para corroborar aquello, la goma estaba picada como si fueran mordiscos. Alguien estaba hambriento en ese pueblo y no por una hamburguesa, Dominic miró hacia el lugar donde había llegado, parecía un vecindario común, muy alejado de aquello estaba, Dominic Roux - Nowhare - Con Valenor
Ch 1 - Primeras impresiones Después de haber vivido siglos en el mismo lugar las cosas se volvían simplemente aburridas; no que se quejara, la paz podía ser gratificante la mayor parte del tiempo, pero el resto anhelaba los tiempos de las cruzadas y caserías sin fin, donde la adrenalina fluía por sus venas y la terquedad de sobrevivir era lo único que lo mantenía en pie. Ahora sus problemas se reducían a problemas entre especies porque "en la última luna llena la manada de licántropos estropeó el invernadero de Katy, la matrona de una parvada de hadas y se negaban a pagar los arreglos", caos políticos, mundanos y simplemente tediosos. Casi desearía que algo cambiara para variar y a veces solo pensarlo es suficiente. La charla aburrida de las tres brujas sobre la organización de una festividad que no tiene ni idea cual es (perdió el hilo hace rato de lo que hablan) fue abruptamente comprometida cuando algo atravesó las guardias mágicas del pueblo. Erizándose de pies a cabeza, los seres mágicos pudieron sentir esta violación. Los actos siguientes son rápidos, organizados y a su vez improvisados (ya que no sucedía esto desde hacía más de cien años). Mientras el mago supremo se prepara para intervenir al individuo antes de que cualquier otro habitante lo hiciera, sus "hijas" comienzan los hechizos de glamor pertinentes (prácticamente era rodear el pueblo por una oleada sutil de calima que se iría dispersando a medida que los cambios fueran realizados) y el correr la voz de lo pronto a suceder (y amenaza de tocar al humano).
Subiéndose a su viejo (pero muy cuidado) cadillac eldorado rojizo se hizo aparecer a medio camino entre el hombre y él (no había necesidad de usar el auto, pero si iba a plantear una escena al menos sería con estilo), estaba a media milla de distancia del hombre. Antes de siquiera encender su vehículo y disimuladamente acercarse al individuo pudo sentir la presencia de uno de los hijos de Jacob, Luke un pequeño licántropo con tendencias pandillas. El niño parecía haber cometido un crimen y listo para dar una segunda ronda, no sin antes llamar a su manada. El aullido del lobo resonó medio segundo antes de que Valenor debiera de amordazar mágicamente al niño, al menos esto sería suficiente para distraerlo de su ataque; con otro movimiento ocultó cualquier otra presencia cercana, tanto ellos del nuevo y a la inversa, para evitar fisgones. Con el asunto solucionado, acomodó sus gafas de sol y condujo el pequeño tramo necesario, donde podía ver a un hombre parado junto a su auto “averiado” y no tuvo más que remedio que “detenerse”. A unos metros de él, detuvo el coche y bajó sus gafas de sol de su rostro, se colocó contra la puerta y le dio una larga mirada al vehículo antes de recaer en el humano. Hacia demasiado tiempo que no venía uno en toda su gloria.
— ¿Perdido? ¿Necesitas ayuda? —, sus palabras dulces como la miel salieron sin problema, pese a que las preguntas tenían un matiz burlesco imperdible. En ningún momento hizo un movimiento para bajarse—, estas lejos de casa, forastero.
Las mordidas en su rueda habían llamado la atención del moreno quién se agachó para observarlas con cuidado, tocando la textura que le habían dejado a la goma, ese animal si que debía ser grande, y le causaba gran curiosidad el no ver absolutamente nada de este. Por suerte tenía un auxilio en la caja y algunas herramientas para desmontar la rueda y ponerle la nueva.
Dominic suspiro y comenzó a trabajar, su aspecto formal había desaparecido al quitarse el saco, desprenderse algunos botones de la camisa blanca y dejar que se asomara por encima de los pantalones. El levantó el automóvil y saco la rueda con la llave en cruz y acto seguido, se quedó mirando hacia un costado. Alguien se acercaba y su coche bien podía estar en un museo de coleccionables.
Al llegar el desconocido cerca, Dominic se puso de pie pero negó instantáneamente con la cabeza. - No estoy perdido.. - estaba justamente donde quería estar, aquel lugar lo llamaba a explorarlo en todos sus rincones. - Pero si, se rompió la rueda, sabe si por aquí hay alguna posada o tal vez un apartamento para poder quedarme algunas noches? - una sonrisa torcida, inocente de no conocer ese lugar pero tan dispuesto a conocerlo que darían ganas de abofetearlo. - Dominic Roux, yo creo que he llegado a casa.. - discrepó con el individuo, sin sacarle los ojos de encima y extendiendo su mano. Dominic Roux - Nowhare - Con Valenor
Ch 1 - Primeras impresiones Le daba crédito al humano, realmente parecía querer decir lo que salía de su boca y no percibió duda; no había vacilación y mucho menos temblor en su tono, lo que reafirmaba aquello mismo. El hombre estaba demente, no cabía duda, si supiera siquiera donde acaba de meterse. Relamió su labio inferior como si debatiera que responder, mientras acomodaba sus gafas nuevamente en su lugar y giraba su rostro al frente; fuera del glamur que ocultaba a los seres del humano y viceversa, entre la bruma que solo los magos podrían observar, podía ver a las criaturas más "olfativas" rodear la zona buscando al intruso. Decidió que la pregunta, al final de cuentas, parecía ser la mejor solución para "ocultarlo" por el momento. En un movimiento simple decide que lo mejor es entretenerlo lo suficiente para que la manada se disperse, así que sale del auto cerrando la puerta con un portazo casi doloroso y se apoya brevemente contra este.
— El restaurante de Bryla tiene habitaciones en la parte superior que puedes alquilar —, respondió sospesando. Ella era una Nereida, instintivamente les nace ayudar a los humanos porque los percibe como entidades "débiles", pero muy vengativa si rompe cualquier regla que ella imponga y territorial; si le ganaba cariño al hombre podría ser una buena aliada. Aun así, era mejor que dejarlo con la manada de Jacob o el mismo Ulfred ("padre" de la casa vampírica local). No señala la zona donde debería de estar y solo se dedica a estudiar los movimientos del hombre.
— Valenor, alcalde de Nowhare —, respondió ante la presentación extendiendo su mano y postulando su propia sonrisa de dientes brillantes. No cabía duda que Dominic sería alguien difícil de persuadir para que se fuera de buenas propias y si había sido lo suficientemente fuerte mentalmente para no obviar el pueblo como el resto de la humanidad, significaba que el resto estaba presente. Guste o no, a menos que dejara que los Jabocs se lo comieran, sería una larga semana. ¡Pero no se queja! Torciendo brevemente su rostro, la afirmación sobre estar en casa aún rondaba en su mente, y agregó un susurro: —, ya veremos.
Entonces, del mismo modo que comenzó el contacto lo deshizo, sospesó sus opciones. Caminó rodeando el auto del hombre, como si estuviera evaluándolo y luego, pasando al otro lado, se apoyó por sobre su techo para mirar al señor Rox—. ¿Caminamos? Nadie en el pueblo conduce, así que no te preocupes por dejarlo dónde está.
Valenor era un nombre bastante curioso, nunca había oído a nadie llamarse así y como escritor le parecía un nombre increíble para un personaje. Dominic sonrió de lado, encantado por lo que veía y miró la mano que se le estrechaba. Él hizo lo propio y estrechó ésta en saludo, apretándola apenas y luego, guardándosela en el bolsillo. Así que tendría un cuarto para alquilar, mientras más pequeño y cómodo fuera mejor sería para él, tendía a distraerse rápidamente y necesitaba paz y tranquilidad para sus escritos. El restaurante le parecía bien. - El pueblo no figura en el mapa de la ruta.. - le dijo como quien no quiere la cosa, quizás era una comunidad extraña, una secta satánica y acaba de meterse en la "cueva del lobo". No tenía idea pero le parecía increíble de igual manera. - Nadie utiliza automóvil? El suyo es de colección acaso? - le preguntó mientras ambos comenzaban a caminar hacia el lugar aquel. Para estar solo en un sitio nuevo debía confiar y Dominic lo hacía, siempre había sido de confiar demasiado en la gente, y ver un poco más allá de los propios ojos humanos, aunque muchas veces solo creía estar borracho o delirando. Dominic Roux - Nowhare - Con Valenor
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Tema: Re: Dominic Azier Roux Vie Jun 11, 2021 12:07 am
Dominic RouxEscritor - Ioan Gruffudd Moony
With the lights outOriginal - Fantasía (Pueblo) - OnexOne Nowhare, del mal escrito "en ningún lugar", es un pueblo del que todos hablan, pero nadie siente necesidad de ir. Si no eres un ser mágico que busca refugio, no sentirás ese empuje para visitar a los locales, contrariamente, sentirás desestimo y abandono por la idea (como si fuera aburrida). Hechizado de ese modo por el Mago Supremo para evitar que los humanos husmeen en uno de los pocos refugios aún existentes de las criaturas ligadas a la magia, el pueblo mantiene un perfil bajo y una tranquilidad casi envidiable. La vida es normal, solo que con licántropos paseando con una conversión completa o mediana, elfos, hadas, vampiros y cualquier otra criatura que puedas imaginarte haciendo algo tan mundano como comprar en el almacén local papel higiénico. ¿Cómo es que tal paz es posible?, los magos en los pueblos mágicos son los que dictan las leyes, romperlas implican el destierro de cualquier comunidad mágica y en algunas ocasiones hasta la muerte misma. El Aquelarre fundador será la ley y gracias a ello aquellos denigrados, acosados y/o cazados por los humanos pueden tener una vida normal.
Excepto cuando un humano llega al pueblo. No es difícil notarlo, porque el olor de un mundano es particular y porque la vibra que surca el pueblo es contagiosa. El rechazo y el miedo sofocan el aire. Es imposible, todos lo saben, que esto pueda suceder y el que pase es algo que recae completamente como responsabilidad el Mago/Bruja Supremo/a del lugar. Romper la rutina en un pueblo mágico es algo que sucede cada ciento de años y normalmente no está bien recibida. Las criaturas están listas para cazar al intruso, con los temores y fantasmas pasados pisando sus pies. Pero esto es imposible de permitirse, la muerte atraerá atención poco deseada y es misión del mago proteger su comunidad a cualquier costo; incluso si esto arma una revuelta. El actuar debe ser rápido, rodeando al hombre de una pequeña nube de tierra fingida por viento y el glamur que cubrirá a las criaturas para transformarlas en “personas normales” a la vista… puede o no que haya visto algo antes, pero seguramente era su imaginación, ¿no?
¡Bienvenido a Nowhare! Población mágica: 2067. Humanos: 1.
Dominic hace varias semanas a comenzado su viaje por la carretera, alejado de todos y de todo lo que alguna vez conoció para dar con algo que realmente lo motive a seguir escribiendo. Porque para ser el autor de tres libros exitosos los últimos tres años han sido de frustración en frustración, sin poder ponerse a escribir ni una sola línea conectada a otra. Algunos le habían dicho que había tenido suerte de principiante las primeras veces y eso hacia encolerizar al moreno que, no sabía como encarar aquello que estaba sucediendo. Hace un año separado de su mujer pues no podía sentir absolutamente nada por ella y la pobre chica no merecía ese desprecio, ni el niño que ambos habían tenido. Su hijo es quizás una de las adoraciones más grandes que tiene, risueño, encantador y parecía siempre quererlo aunque no fuera un buen padre, una criatura singular sin duda a la que no desea perder aunque se estuviera alejando por la carretera y sin destino.
Dominic está seguro que encontrará aquel lugar de sus sueños, que allí encontraría la inspiración necesaria para comenzar su nueva novela aunque no estaba seguro de que se trataría estaba ansioso por conocer ese sitio del que nadie le había hablado, pero que le atraía como un perro a su hueso, o la trampa al ratón. Según se viera el caso.
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Tema: Re: Dominic Azier Roux Vie Jun 11, 2021 12:33 am
Ch 1 - Primeras impresiones
Hacía varias semanas había comenzado su viaje por la carretera, alejado de todos y de todo lo que alguna vez conoció para dar con algo que realmente lo motivara a seguir escribiendo. Porque para ser el autor de tres libros exitosos los últimos tres años habían sido de frustración en frustración, sin poder ponerse a escribir ni una sola línea conectada a otra. Algunos le habían dicho que había tenido suerte de principiante las primeras veces y eso hacia encolerizar al moreno que, no sabía como encarar aquello que estaba sucediendo. Hacia un año se había separado de su mujer pues no podía sentir absolutamente nada por ella y la pobre chica no merecía ese desprecio, ni el niño que ambos habían tenido. Su hijo era quizás una de las adoraciones más grandes que tenía, era risueño encantador y parecía siempre quererlo aunque no fuera un buen padre, una criatura singular sin duda a la que no deseaba perder aunque se estuviera alejando por la carretera y sin destino.
Dominic estaba seguro que encontraría aquel lugar de sus sueños, que allí encontraría la inspiración necesaria para comenzar su nueva novela aunque no estaba seguro de que se trataría estaba ansioso por conocer ese sitio del que nadie le había hablado, pero que le atraía como un perro a su hueso, o la trampa al ratón. Según se viera el caso.
Inmediatamente hubo atravesado el cartel algo escondido por árboles donde podía leerse "Bienvenidos a Nowhare" su automóvil dio una sacudida y se paró de golpe, el viento sopló y un silbido suave se sintió fuera. Había pinchado una goma. El alto moreno tuvo que salir del coche para corroborar aquello, la goma estaba picada como si fueran mordiscos. Alguien estaba hambriento en ese pueblo y no por una hamburguesa, Dominic miró hacia el lugar donde había llegado, parecía un vecindario común, muy alejado de aquello estaba, Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
En cuanto traspasó el umbral de la ciudad advirtió que era humano. Zelena estaba sentada comprobando la llegada de nuevos libros de la biblioteca que regentaba cuando lo notó. El cambio en el ambiente...La atmósfera traía aroma a humano y eso no era positivo para todos los seres que habitaban en Nowhare, la ciudad que habían creado para estar lejos de los seres no-mágicos. Su refugio estaba en peligro.
Zelena Wyatt chasqueó los dedos para que todos los libros que danzaban de una estantería a otra se detuvieran. Los volúmenes se acomodaron donde les correspondía y ella se puso de pie mientras su abrigo se vestía solo. El bolso hizo lo mismo y cuando fue a cerrar se dio cuenta de que el teléfono se había quedado sobre la superficie de la mesa. Una mirada fue suficiente para que se colase por la cremallera entreabierta de su bolso.
No tardó nada en llegar al lugar para ver que la rueda del coche del hombre se había pinchado gracias al hechizo protector para repeler a los humanos. La mujer de carnosos labios se situó delante de él proyectando una sombra misteriosa y atrayente. Era el poder de la magia.
—¿Puedo ayudarle?—preguntó con cortesía —Seguro que podemos cambiársela rápidamente y así proseguir su viaje— se ofreció antes de mandar telepáticamente un mensaje al licántropo que dirigía el taller de coches.
Las mordidas en su rueda habían llamado la atención del moreno quién se agachó para observarlas con cuidado, tocando la textura que le habían dejado a la goma, ese animal si que debía ser grande, y le causaba gran curiosidad el no ver absolutamente nada de este. Por suerte tenía un auxilio en la caja y algunas herramientas para desmontar la rueda y ponerle la nueva.
Dominic suspiró y comenzó a trabajar, su aspecto formal había desaparecido al quitarse el saco, desprenderse algunos botones de la camisa blanca y dejar que se asomara por encima de los pantalones. Él levantó el automóvil y sacó la rueda con la llave en cruz y acto seguido, se quedó mirando hacia un costado. El hombre no tuvo tiempo en reparar en la mujer hasta que está hablo y lo sobresaltó pensándose solo.
- Buenas tardes, he pinchado una rueda pero ya está lista.. o no. - el acaba de fijarse en la otra rueda trasera y pronosticar que si, necesitaría ayuda, solo tenía un auxilio. - Habrá un taller cerca? Y un alojamiento barato y tranquilo en el pueblo? - preguntó acercándose más para ver mejor a su acompañante. - Disculpe que la moleste, mi nombre es Dominic y he venido para quedarme una temporada.. - le dijo pues el no veis problemas y el pueblo aquel le parecía increíble para comenzar a escribir. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
Su rostro era amable y su sonrisa también pero era todo fingido. Zelena no era una mujer mentirosa pero no quería humanos en su ciudad y estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para sacar a ese hombre de Nowhare y que no hiciera peligrar toda su vida.
En cualquier otra tesitura se hubiese fijado en el varón que tenía delante, en lo atractivo y varonil que resultaba contemplarlo con la camisa remangada y la suciedad estampada en el ya no tan impoluto color blanco. Sin embargo, ni siquiera entraba en sus posibles porque era un humano, y por ende, solo le generaba sentimientos hostiles. Deshacerse de él era su prioridad.
El hombre empezó a hablar y a responder a sus preguntas. Zelena Wyatt esbozaba su mejor sonrisa, casi parecía de verdad que era todo cortesía. ERROR. No lo era pero él nunca lo sabría, solo tendría el honor de conocer su mejor cara.
—Seguro que el mecánico aparece. Le he llamado en cuanto he visto su problema de lejos—justificó aproximándose ella misma a la rueda —Creo que el motel está lleno pero es una sencilla rueda, seguro que tiene un arreglo rápido y puede seguir apaciblemente su camino—entonces escuchó que quería quedarse allí y Zelena notó la magia concentrándose en las yemas de sus dedos. La rabia subiéndole por el cuello. Menos mal que estaba de espaldas.
—Soy Zelena Wyatt—se volteó —Encantada, Dominic. No sabía que alguna de las empresas habían contratado a alguien nuevo...—y sabía que no era así pero tenía que fingir —¿Qué le trae a Nowhare? Porque tengo que admitirle que no somos un pueblo muy apasionante—sonrió un poco más. Maldito fuese ese ser.
Ch 1 - Primeras impresiones Así que se llamaba Nowhere. Hasta el nombre le parecía increíble para comenzar a escribir, el moreno sonrió maravillado por la presentación y bienvenida de la mujer. Aunque jamás advirtió que ella quería quitárselo de encima rápidamente, alejarlo del pueblo.
Él suspiró y negó con la cabeza, un lugar tendría que haber para quedase en ese maravilloso lugar. - Es un gusto Zelena, si estoy aquí es porque necesito un sitio tranquilo, acabo de separarme, sepa entender, hombre solo que necesita un respiro de la vida multitudinaria.. - si, sabía que también era un padre abandónico, y aquello carcomía su conciencia, pero cuando tuviera su nuevo libro en marcha podría ir por Caleb, para poder traerlo unos días a su nuevo hogar. - Bueno, creo que el mecánico se está demorando, puedo caminar hacia allí si me indica el camino.. - le dijo, sin soltar su llave en cruz, caminando con la muchacha tan amable que había encontrado allí. - No me han contratado, debo decirle, vine por mi mismo, no había escuchado jamás hablar de éste pueblo.. - y le parecía una señal de que debía quedarse por eso mismo. Era todo un misterio. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
Vaya. El hombrecillo humano tenía problemas. Separado y con necesidad de desconectar del mundo. Qué bien. Encima había dado con el lugar idóneo...su fantástico pueblo. Zelena contuvo el suspiro profundo que amenazaba con brotar de su pecho con una profesionalidad pasmosa. Le podrían haber dado un Óscar por su interpretación de vecina perfecta y amigable.
—Aquí encontrará entonces el sitio perfecto para descansar. Nowhare es un pueblo tranquilo y apacible...tanto que no tenemos turistas de lo aburrido que es—admitió con una sonrisa dulce —Tiene que estar a punto de llegar...—rezó convencida —El destino lo ha traído entonces...—esa idea sí que le llamaba soberanamente la atención y la investigaría para hallar el motivo de tal enigma. ¿Por qué había acabado allí? ¿Era mera casualidad o existía un motivo que las fuerzas de la naturaleza le estaban ocultando a la poderosa hechicera?
—Ah mire, por ahí viene—el mecánico no parecía un licántropo, era un hombre normal de una edad similar a la de Zelena que se detuvo al lado del automóvil del turista. Bajó con su uniforme de Taller Gastny y se colocó la gorra antes de dirigirse al vehículo.
—El Señor Gastny. El Señor Roux—los presentó mutuamente.
—Parece que su rueda ha tenido un percance. Bienvenido a Nowhare—comentó con voz ronca el mecánico —Creo que para mañana podría tenerlo arreglado y seguir su camino sin problemas—ofreció con la amabilidad propia de un obrero como aquel.
—El Señor Roux va a quedarse una temporada en el pueblo—el otro asintió despacio —¿Quiere acompañar a Gastny hasta el taller?—propuso Zelena.
Así que ese era el mecánico que estaban esperando. Dominic se acercó a él y estrecho su mano aunque el otro hombre titubeo viendo lo sucia que estaban pero finalmente la estrecho también. - Bien, entonces, lo dejaré aquí, con las llaves mientras busco algún lugar para alojarme.. - le dijo al hombre, entregándole las llaves del hombre y su tarjeta personal, para que le llamara ni bien estuviera listo. - Entonces, tomaré mis cosas y podría ir a comer algo, usted debe conocer el pueblo señorita.. - el saco del asiento trasero de su automóvil el bolso grande que llevaba a todas partes y se dirigió a la mujer que parecía demasiado interesada con su presencia, curioso de más por ello. En la ciudad nadie se interesaba por nadie, todos hacían sus vidas sin importarle que el otro tuviera algún inconveniente. Aquel lugar sería increíble sin duda. - A mi hijo este lugar le gustaría mucho.. - murmuró, casi para si, esperaba poder visitarlo algunos días cuando estuviera instalado.
Gastny era tan robusto como un roble, su diestra estrechó la contraria y sus ojos hicieron la inspección rutinaria. Percibía el desagrado de Zelena ante la visita humana y supo que encontraría un plan para echarlo cuanto antes de la ciudad. Ellos vivían felices en su armonía mágica, no necesitaban a aquellas criaturas inferiores y destructivas para destrozar sus apacibles existencias. Si estaban allí era porque querían vivir en paz y felices.
—Eso haré, Señor Roux. No se preocupe, le informaré en cuanto su coche esté listo. Yo me encargo de llevarlo—se bajó la gorra como despedida y agarró las llaves que le ofrecía su nuevo cliente. Gastny les dedicó un escueto "hasta luego" a ambos y una mirada más prolongada a la bruja. Era evidente que le interesaba la mujer más allá de lo profesional pero esa historia no tenía final y mucho menos principio.
—Muy bien, le acompañaré—echó a andar con el desconocido hacia el norte, allá donde se encontraba el centro del pueblo —No me ha dicho a qué se dedica—preguntó de forma indirecta la mujer —La mayoría de nuestro niños y jóvenes sueñan con irse...ya puede imaginarse...quieren emociones fuertes y no un pueblo donde todos conoce a sus padres—sonrió denotando cariño real, la primera emoción de la conversación —¿Cuántos años tiene su hijo?—a unos pasos se encontraba una cafetería de típico menú americano —¿Qué desea comer?—preguntó barajando las opciones.
A Dominic la mirada del mecánico para con la bruja no pasó desapercibida y una sonrisa de medio lado se instaló en su rostro, suspicaz. Lo que menos quería era llevar a un pueblo desconocido y quitarle su paz y tranquilidad. Todo lo que que quería era eso, un descanso para poder ponerse a escribir.
Él acomodó su mano en el bolsillo, en el otro cargaba el bolso y seguía los pasos de la guapa mujer que le acompañaba. - Soy escritor, de dos buenos libros, si quiere puedo enseñárselos luego.. - tenía un par de ejemplares siempre con él, de los viejos tiempos en que había tenido un gran éxito con esos dos, pero de aquello nunca más había vuelto a sacar algo a la luz. - Mi hijo, Callum tiene 4 años, es un niño muy alegre.. - tal cual su padre, aunque si necesitaba mucha atención y quizás aquella había sido el detonante para que su esposa comenzara a enfurecerse, por no darles la atención que merecían. No los culpaba, estaba tan frustrado, pero esos tiempos tenían que cambiar. - Qué me cuenta de usted? Familia? Un novio al cual el mecánico tenga que esconderse? - preguntó, con algo de diversión, recordando lo que había visto a un lado de su automóvil. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
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Tema: Re: Dominic Azier Roux Vie Jun 11, 2021 12:39 am
Ch 1 - Primeras impresiones
—Dominic Roux...creo que me suena...pero sí, los miraré encantada. Soy la librera del pueblo...creo haber vendido alguno de sus ejemplares—empezó a mirarlo con mayor interés, recordando su rostro de entre todos los que adornaban las cubiertas o tapas interiores de las obras que adornaban los estantes de su inmensa librería. Por supuesto, estaba encantada y era mayor de lo que aparentaba pero él no la vería de esa forma. Todo el pueblo aparentaba ser normal porque estaba protegido por varios hechizos conjuntos de camuflaje.
—Cuatro años, que encanto—nunca le habían gustado en exceso los niños, ni siquiera había sido madre a diferencia de otras hermanas brujas. Ella solo estaba enamorada de su magia y ningún ser había podido trasgredir esas barreras para convertirse en algo más. Zelena era reservada y desconfiada, por supuesto que disfrutaba de la compañía masculina de vez en cuando pero nada más. No tenía tiempo, ni ganas de comprometerse con algo que no fuese Nowhare o su propia magia.
—Ni familia, ni marido, ni novio. Tengo hermanas pero nada más. No necesito un hombre en mi vida, mucho menos un hijo...y tampoco un mecánico—sabía que Gastny no era muy perspicaz, la deseaba desde hacía dos décadas cuando se revolcaron en una fiesta de fin de año. Había sido un encuentro de lo más tórrido pero ella no solía repetir, no con aquellos que no entendían las leyes del juego.
—¿Y su hijo y su mujer? ¿Dónde quedaron?—abrió la puerta de la cafetería y le cedió espacio, todos en su interior los observaron sin pudor —Es un pueblo pequeño—le recordó suavemente antes de elegir una mesa para ambos —Mire lo que quiera en el menú, Clotis es una excelente cocinera—la troll sabía cómo hacer las delicias de antaño sin perder el toque.
A Dominic le sorprendió que ella le dijera que estaba sola, aquello si que era extraño, esa mujer era condenadamente atractiva y no demasiado joven como para no encontrar a su pareja ideal. Aunque quizás él estuviera teniendo esos pensamientos de antaño, donde una mujer debía casarse antes de los veinte, para no ser una solterona. Que va, estaban en el siglo XXI.
Él entró a la cafetería, le daba gracia que la gente los mirara y hablara por lo bajo sobre el acompañante de ella. - Así que la librera, bueno, creo que tendrás un nuevo cliente por allí en estos días.. - adoraba los libros, como cualquier escritor y siempre era buen tener su librería de confianza, para hojear hasta cansarse. - Ellos se quedaron en la ciudad, aunque tenemos la tenencia compartida con mi ex esposa espero poder traerlo algunos días, cuando ya esté acomodado.. - Callum necesitaba estabilidad y no quería hacerle daño a su niñito. Miró el menú y eligió un café negro con un pastel de nuez para él antes de entregarle la carta al hombre mozo, que se le hacía de lo más extraño, le habían brillado los ojos de color rojo? Definitivamente necesitaba ese café lo mas fuerte posible. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
—No esperaba menos de un escritor, ¿no se aprende el oficio leyendo?—al menos, así lo era a su parecer. Había leído mucho durante las largas décadas que llevaba de vida. No, no tenía la edad que aparentaba pero la magia la mantenía joven y ella sabía cómo impedir que la vejez imperase. Zelena Wyatt solo conservaba su nombre de antaño como señal orgullosa de la criatura que era.
El hombre estaba divorciado, bien, eso era bueno porque significaba que su mujer no se mudaría al pueblo y todos sabían que eran más perspicaces como si todas hubiesen podido ser brujas alguna vez. Era más sencillo jugar con los mejores porque la baza de la imaginación infantil siempre resultaba. No obstante, hubiese preferido que ninguno de ellos llegase hasta su pueblo pero, bueno, tendrían que lidiar de ello hasta dar con una forma de deshacerse de él sin tener que matarlo porque lo que menos le convenía era un reguero de periodistas curiosos y de federales chismosos.
—Lamento oírlo—en verdad no pero intentaba ser amable y se le estaba dando bastante bien, quizá, hasta demasiado —Un pastel de zanahoria y un café con leche—solicitó al muchacho que los observaba sin ocultar, del todo, el brillo de su mirada. Zelena le fulminó y sin pronunciar las palabras en voz alta, logró que aparentase tener unos ojos marrones de los más normales. Una pequeña ilusión óptica.
—Así que ha venido para buscar inspiración y desconectar de la ciudad. ¿Tiene ya la novela para su próximo libro?—preguntó en cuanto el muchacho se retiró dejándolos solos. Zelena notó entonces la vibración de su teléfono por la descomunal llegada de mensajes instantáneos en el grupo de "whatsapp" del pueblo. Maldito Roux.
Si claro, él también lo lamentaba, extrañaría horrores a su niño, pero no por igual a su madre, estaba bien de esa manera, que cada uno hubiera podido tomar caminos diferentes, si ella era feliz con otro hombre, estaba bien para él. - Me encantan, suelo devorarlos.. - contestó, refiriéndose a los libros, necesitaba más y más de aventuras y sucesos extraños. Dominic agradeció su comida y observó nuevamente al joven que le había llamado la atención, ahora sus ojos eran castaños. Debía haber estado alucinando. - En realidad hace algunos años que no escribo algo que realmente sea bueno, ese el motivo de mi viaje, creo encontrar aquí algo que me inspire.. - podían ser esos ojos, la mirada de esa mujer o incluso ese pueblo entero, desconocido en cualquier mapa, no lo sabía, pero ya deseaba ponerse a escribir. Dom tomó su café sin apuro, necesitaba encontrar un sitio donde dormir antes de que oscureciera. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
—Encontrará más de uno en la librería—apostilló con amabilidad —Oh...las musas se han separado...pero siempre retornan...esas criaturas son unas auténticas diablesas—sabía cuán difícil podía resultar quedarse estancado porque ella misma había sufrido ese tipo de situaciones. Por fortuna, la magia siempre la había ayudado a continuar y la gran obra de su vida era aquel pueblo pacífico que había construido y creado para todas las criaturas del folclore más místico. Brujas, duendes, hombres lobo, ogros, hadas, monstruos, todos estaban allí reunidos y eran una familia que no permitía la adhesión de más miembros.
—Algo encontrará que le inspire—se le ocurrió entonces que podía ser una buena idea motivarlo para que empezase a escribir cuanto antes y se marchase pronto. Aun así, tenía más ideas relacionadas con su propia familia...seguro que no era capaz de soportar una llamada de su hijo rogándole que volviese a su lado, o la falsa noticia de que había enfermado. Sí, era cruel pero su naturaleza no era precisamente pura.
Cuando les sirvieron los cafés y los pedidos, Zelena sonrió al camarero y empezó a degustar su tarta de zanahoria con relativa calma. El teléfono seguía vibrando pero tendría que esperar hasta que ubicara a ese hombre en el Hostal de la Abuelita Risueña.
—¿Ha terminado?—preguntó al cabo de diez minutos en los que su plato y taza lloraban solitarios por los elementos arrebatados —Si es así, puedo llevarle al hostal de la Señora Clockman, es una anciana encantadora—propuso depositando un billete sobre la mesa —¿Vamos?—lo invitó poniéndose de pie. Ya se había cerrado el abrigo bajo la atenta mirada de más de uno de los clientes.
—Está a cinco minutos—esperó a que él siguiese su ejemplo y solo entonces, abrió la puerta cediéndole paso al humano —¿Cree de verdad que encontrará la inspiración en un pueblo tan aburrido como este?—cuestionó con pasotismo.
Ch 1 - Primeras impresiones La merienda había estado deliciosa y la charla no era nada aburrida, le encantaba que ella fuera la dueña de la librería a la que había prometido visitar todas las semanas, una vez instalado, con el coche arreglado y algo más relajado. En ese momento no lo estaba, le había prometido a Callum, su niño que lo llamaría antes del horario de la cena y quería cumplir con la palabra. El moreno tomó el billete de ella y lo sustituyó por uno propio y algo de propina para el muchacho de ojos extraños devolviéndole el dinero. - Déjeme pagar ésta vez, ha sido muy amable, y espero tener inspiración en este sitio, es todo lo que necesito.. - le dijo, media sonrisa torcida, dejándole paso a ella antes para salir de la tienda. Dominic miró la casa que ella le señalaba como el hostal, un sitio cálido donde, tenían habitaciones en alquiler con sus propios baños pero todos compartían la cocina y el jardín y parecían una familia temporal. Dominic dudó en sentirse cómodo en un lugar como aquel. Pero por esos días, lo intentaría. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
El hombre cambió su billete y Zelena estuvo a punto de replicar aunque se contuvo porque sabía que la caballerosidad masculina estaba muy arraigada en dichos individuos. El camarero aceptó sonriente la propia, casi e había olvidado de que trataba con un humano, porque adoraba aquellas monedas preciosas que alimentarían su hucha para adquirir un nuevo coche en el que pasear a la hija del Señor Burns, una familia de gnomos más altos de lo habitual. Estaba coladito por ella.
—Está bien, déjeme acompañarle al hostal que estará cansado—se ofreció con una amabilidad más sincera antes de abandonar el establecimiento para dirigirse al lugar indicado. El clima había cambiado ligeramente, se notaba más frío y predispuesto a un buen chaparrón. Zelena observó las nubes grises con cierta confusión porque era capaz de prever el tiempo gracias a algunos conjuros y, definitivamente, aquel se le había escapado. Debía ser culpa del escritor, la había entretenido.
Caminó en silencio hasta la puerta del lugar contemplando, en la ventana, a la dueña, una ancianita que parecía adorable pero una orca un poco puñetera. A Zelena le agradaba su verdadero carácter: agrio y afilado. La bruja había aprendido mucho de ella.
—Aquí le dejo, Dominic. En buenas manos. Disfrute de su estancia en Nowhare—se despidió con un sonrisa enigmática.
La abuelita risueña no había sido lo que prometía, la anciana lo había mirada como si pudiera meterlo en una cacerola enorme y burbujeante y comérselo en la sopa de la noche, aunque a pesar de ello, le había acomodado en una habitación con doble ambiente ideal para poder tener su dormitorio y estudio del otro lado. Los primeros días Dominic no había salido de la residencia, para poder instalarse y descansar luego de ese viaje tan, extraño, ese cambio en su vida significaba mucho para él.
Una semana había pasado y el moreno estaba tan motivado con sus escritos que había comenzado a escribir su novela con una descripción del pueblo aburrido al que había llegado a parar, aunque le había dado sus magia y había descrito al chico de la cafetería como el de los ojos destellante y a la señora que lo hospedaba como una especie de bruja a lo Hansel y Gretel.
Pero había que salir de casa y conocer un poco más. Y lo que quería conocer en ese momento era la librería, le debía las gracias a Zelena por ayudarle y además ya podría recoger su automóvil. Con la barba bastante más desprolija que el día que había llegado, algunas ojeras de desvelo y su vestimenta más informal que tenía que consistía en pantalones jeans, y una campera de hijo fino sobre la camiseta blanca el moreno llegó a la tienda, había comprado algunos croissants antes para compartir con la dependienta que en ese momento no estaba en el mostrador. El se extrañó de ver un antiguo timbre para llamar y lo tocó, aquello podría relatarlo incluso, todo parecía sacado de una película de Hitchcock y eso tenía su misterio y para él, la motivación para quedarse. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
Los días habían transcurrido con intranquilidad entre los habitantes de Nowhare. Habían convocado varias reuniones para abordar la presencia del humano y todas desembocaban en la misma solución: debían deshacerse de él. No importaba la forma pero tenían que echarlo del pueblo para que no lo situase en el mapa de la raza inferior y pusiera así en peligro todo lo que habían construido con esmero durante siglos. Zelena había escuchado las recomendaciones y sugerencias de sus vecinos y todos se habían propuesto hacerle la estadía de lo más incómoda y desagradable posible porque la magia era la última de las opciones.
La abuelita la informaba de todo lo que sucedía dentro de su hostal. Sabía que el hombre estaba escribiendo y Zelena había pensando abordar la problemática desde otra perspectiva...¿y si conseguía que acabase pronto su novela para que se fuese cuanto antes de gira? ¿Y si propiciaba un accidente en el que perdiese la memoria? Existían muchas posibilidades.
El timbre de la tienda resonó y la puerta se abrió como si alguien hubiese accionado el botón existente para ello. Sin embargo, no había mecanismo humano, fue por arte de magia. Zelena captó el olor del escritor desde su posición detrás de unos volúmenes en la trastienda. Dominic no notaría el cambio porque era imperceptible para el ojo humano. Todos los libros mágicos habían desaparecido y, en su lugar, había otros destinados a un público humano.
—Buenas tardes, señor Roux—lo saludó apareciendo al otro lado del mostrador —No le he visto en días, ¿está todo bien?—preguntó esbozando una sonrisa falsamente amigable.
Luego de tocar el extraño timbre del mostrador Dominic se entretuvo viendo algunos lomos de los libros que tenia más cerca, viendo sus portadas, levantando una ceja a aquellos que le agradaban, siempre podía perderse en ese mundo, porque era el suyo, el de la literatura. Estaba metido en ello cuando la voz de la mujer aquella le sorprendió infraganti, al tomar uno y abrirlo. - Buenos días, señorita Zelena.. - le dijo, media sonrisa en su rostro mientras se acercaba nuevamente al mostrador. - He traído algunos croissants para desayunar y darle las gracias por la ayuda.. - él puso el paquete sobre el mostrador - Me gusta, la librería, podría pasarme horas en este lugar.. - le dijo, con ese tono soñador, seguramente pensando en por donde comenzar a buscar, porque pensaba comprar algunos libros antes de marcharse.
Dominic sintió un olor extraño, del que no se había dado cuenta antes, pero venía de la bolsa suya, la abrió y frunció ligeramente el ceño, porque allí no estaba lo que había comprado, en su lugar había bollos que a su parecer parecían con pus y hongos? - Lo siento mucho.. deben haberse equivocado en la tienda.. - se sentía bastante decepcionado de aquello, su intensión solo era homenajearla por la ayuda recibida. Dominic Roux - Nowhare - Con Zelena
El hombre estaba entretenido con sus libros y no era de extrañar porque su gusto por la literatura humana era genuino, sobre todo hacia los ensayos y novelas que se atrevían a incluir brujas en sus páginas. Zelena disfrutaba y se reía con la imagen que tenían los humanos de seres como ella y todos los que poblaban Nowhare. Para ellos todos eran peligrosos y asesinos cuando la mayoría solo querían vivir cómodamente sin complicaciones y discriminaciones. No eran tan distintos como podían aparentar.
—Que amable—contestó al hombre cuando estuvieron frente a frente. Había que reconocer que era un caballero aunque Zelena no solía interesarse demasiado por las relaciones, es decir, ella era feliz con su magia y sus libros, rara vez buscaba algo más y cuando sucedía...bueno...quedaban tan mal como el pobre mecánico que seguía creyendo que la bruja volvería a sus brazos cuando era un alma libre.
—Puede venir siempre que quiera...aunque debería centrarse en su novela—sugirió la mujer antes de ver cómo Dominic fruncía el ceño con desagrado —¿Qué sucede?—el olor abandonó la bolsa y ella misma esbozó una mueca desagradable. Se imaginó que era obra de sus vecinos y contuvo la risa con gran maestría.
—Debería volver y pedir que le diesen unos nuevos...no es la mejor forma de mostrarse agradecido...a no ser que quisiera todo lo contrario—bromeó afilada como era su carácter, Zelena terminó sonriendo con diversión —Parece que la suerte no está de su lado en este pueblo—apostilló maliciosa.