Habitación Benjamín.

LLega con su pequeño Seth en brazos, su recien nacido. La charla con Omega la había sorprendido meses atrás.

Lo acuesta en la cama, mirandolo. Esa tan parecido a su hermoso que eso le dolia, lu unico diferente era su cabello.. rubio oro como el de su padre.

Se acurruca con él. Acaricia sus mejillas despacio, contemplandolo.

Besa su frente, mirandolo. Era un vampiro de nacimiento, tan hermoso.

Se acurruca con él, envolviendolo en su cuerpo.

Ambos duermen.

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Fin de ese rol.

-Seth Alexander Marsden, donde te metiste esta vez!?- Busca en la habitación a un pequeño de tres años.

-Seth, contaré hasta tres y te quiero aqui..- amenaza, moviendo su pie izquierdo- Uno... dos...- espera aparezca.

- Buu.. - aparecio por detras, saliendo de un armario, aferrandose a su pierna.

Sonrie de sentir que la abraza. Voltea y lo toma en brazos.

- Hola mi amor..- besa su cabello.

- Mami.. - sonrie, abrazandola por el cuello.

Lo abraza a ella, acurrucandolo en su pecho.

- En donde andabas metido, mi vida?- pregunta curiosa, acariciando su fino cabello.

- Por ahi.. - contesta, sonriendole travieso.

- Quiero imaginarme que no estabas molestando al Conde, verdad?- Omega se había convertido en un tío para Seth, al cual él volvia loco.

- Mami, como crees.. - sonrie angelical, abrazandola.

-Creo, creo.. porque te conozco demasiado mi pequeño diablito..- lo acuesta en la cama, haciendole cosquillas.

Rie con ella, mirandola.

-Eres igual a papá y al abuelo Alexander..- le dice acariciando su cabello, mirando sus facciones.

- Y papa? - pregunta, tomando la almohada y abrazandola.

El labio inferior le tiembla, no lo puede evitar.

- Papi volvera pronto.. ya lo veras..- intenta una sonrisa suave para él. Cierra los ojos y lleva ambas manos a sus sienes.

Ella y Benjamin aparecen abrazados sobre el puente, en el rosedal, un poco más que tres años atras.

Abre la boca, viendo a sus padres juntos, sonrie niño.

Ahora ambos estan tomados de la mano, andando por el puente. Se van debajo de un árbol, estan abrazados. Las imagenes desaparecen de golpe, le duele verlo así, tan lejos.

Su labio vuelve a temblar, se abraza las costillas, sentada en la alfombra.

Comienza dormirse, con la imagen de sus padres abrazados.

Va donde su pequeño, lo acurruca bien a su lado, abrazandolo. Se queda con él, recordando, suspira triste.