Caminando un rato, pensando.

-Sinceramente? No tengo idea..- no puede mirarlo, se siente culpable, despues de todo el muy mal nacido era su mejor amigo. Y sus celos se lo arrebataron- No tengo idea..- repite.

Muerde su labio inferior, cierra sus ojos.

-Lo siento..- dice al fin- Fui un cabron, y un egoista..- reconoce al fin- Tienes todo el derecho a enojarte y no hablarme- quien diria que un niño pudiera ahcerle decir tales cosas-

- Si estoy enojado, pero no voy a dejar de hablarte.. - contestá.

-Da igual, mientras estes enojado, es lo mismo para mi..- dice

- Aunque sea puedes decirme porque lo hiciste? - vuelve a preguntar - Pero esta vez, sin que me mientas.

-No es mentira que era mi enemigo, en parte mi mision era matarlo por eso..- le dice.

Lo mira poco convencido.

Se soba las costillas, inquieto como siempre.

- Deberias volver a San Mungo - dicé.

-Jamas estube allí..- dice sereno- no me gustan los hospitales...

Sonrrie de lado - Entonces, deberias ir.. - comentá.

-Olvidalo..- dice sin mirarlo aun- No ire, nunca jamas..- es un crio.

Se encoge de hombros - Si no quieres, esta bien.. - dicé.

Suelta un suspiro, aliviado.

Se acomoda en el respaldo de la silla.

- Duele..- murmrua para si, como hablandose.

Lo mira, sonrrie.

- Fueron celos..- dice al fin-

- Celos? -preguntá

- Me deje llevar demasiado por los celos, y la guerra era mi oportunidad..- sabe que empeora su situación, preo prefiere serle asesinamente honesto.

Suspira, baja la cabeza - Algo más? - preguntá.

-Que soy un imbecil..- como si no fuera obvio.

- No eres un imbecil, eres un celoso egoista - corrijé.

-Oh gracias, eso me hace sentir mucho mejor..- suelta cierto sarcasmo, la verdad duele. y como.